LA VIOLENCIA DOMÉSTICA

VIOLENCIA DOMÉSTICA: DEFINICIÓN

La violencia doméstica es una relación de fuerza en el seno de una relación amorosa, en la que el agresor ha instaurado su dominación creando un clima de control, físico y/o psicológico, de miedo y de incomodidad hacia su víctima. La víctima vive en el miedo y la incertidumbre.

Puede ser difícil para ella reconocer que es víctima de violencia doméstica, pues hay diferentes factores que pueden servir de excusa: un rasgo de personalidad, el cansancio, la educación o un pasado cargado. En resumen, todo lo que no sería responsabilidad del agresor. Pero la violencia doméstica no es una pérdida de control, es intencional, calculada y repetida.

La violencia doméstica no tiene nada que ver con una pelea de pareja, en la que ambas personas buscan hacer valer su punto de vista con cierto equilibrio y respeto, antes, durante y después del conflicto. En este caso, cada persona es libre de opinar y argumentar.

Por el contrario, la violencia doméstica se refleja en un desequilibrio en el que una de las dos personas intenta, por cualquier medio, tener control y dominio sobre la otra.  Por temor a las repercusiones, la víctima se ve privada de su libre albedrío y no puede expresar sus opiniones o sus necesidades.

¿QUÉ ES LA VIOLENCIA DOMÉSTICA?

La violencia doméstica puede adoptar muchas formas, a menudo entrelazadas.

Estos son algunos ejemplos:

  • Verbal: insultos, amenazas, gritos, silencio.
  • Psicológica: comportamientos despectivos, chantaje emocional, denigración de las opiniones de la víctima, de sus valores, de sus acciones, de sus amigos(as), de su familia, de su empleo.

El agresor puede ignorar voluntariamente los deseos y necesidades de su víctima y los de sus hijos(as), y utilizar los puntos que sabe sensibles para manipularla. Puede tener un comportamiento celoso y controlador, acusando a su víctima de hechos y situaciones sobre las que no tiene ningún poder y negando responsabilidad por cualquier comportamiento violento.

  • Física: empujones, golpes, lanzamiento de objetos con el fin de asustar o herir, maltrato de animales, obstaculización del sueño o de la alimentación de la víctima, privación de medicamentos y/o de cuidados médicos.
  • Económica: control económico, apropiación del dinero y de los bienes de la víctima, imposibilidad para la víctima de ejercer un empleo y coerción para endeudarse.
  • Sexual: actos sexuales no deseados cometidos contra la víctima, crítica del cuerpo de la víctima, privación de afecto y de relaciones sexuales.
  • Ciberviolencia: acoso incesante por cualquier medio de comunicación, vigilancia de las acciones de la víctima mediante geolocalización, publicación de fotos o vídeos privados en las redes sociales, cualquier forma de denigración, amenazas e intimidaciones en las redes sociales.

Estas formas de violencia doméstica se encuentran entre las más frecuentes. Sin embargo, hay muchas otras formas, a veces muy sutiles e insidiosas, que pueden colocar a la víctima en una posición de duda, vergüenza e impotencia.

 

No se quede aislada.

Rompa el silencio, hable de lo que está viviendo con una persona de confianza, póngase en contacto con nosotros.

Ninguna excusa puede justificar la violencia.

Círculo que representa el ciclo de violencia con cuatro flechas que representan cada fase: fase 1 clima de tensión, fase 2 explosión de violencia, fase 3 justificaciones, fase 4 luna de miel.

 

CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA PARA LAS MUJERES

Además de las consecuencias sociales, la violencia doméstica puede tener efectos devastadores en la salud psicológica y física de las mujeres que son víctimas:

  • Pérdida de autoestima
  • Aislamiento
  • Disminución de sus redes sociales
  • Absentismo, disminución del rendimiento
  • Problemas financieros
  • Trastornos del sueño y del apetito
  • Consumo excesivo (alcohol, medicamentos, drogas, etc.)
  • Sentimiento de vergüenza, culpa, impotencia
  • Ansiedad
  • Depresión e pensamientos suicidas
  • Ambivalencia, dudas
  • Lesiones físicas…

CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA PARA LOS(AS) NIÑOS(AS)

Los(as) niños(as) que viven en este entorno familiar insalubre y peligroso también son víctimas de la violencia doméstica, lo que puede generar consecuencias como:

  • Tendencia al aislamiento
  • Dificultades para resolver conflictos
  • Dificultad para entablar amistad
  • Dificultad de aprendizaje
  • Dificultad para concentrarse
  • Disminución o aumento repentino en el rendimiento escolar
  • Nacimiento prematuro o con bajo peso (en bebés)
  • Trastornos del sueño y del apetito
  • El(la) niño(a) se moja en la cama
  • El(la) niño(a) asume el rol de progenitor…

Al alterar el equilibrio en la pareja, la llegada de un(a) hijo(a) puede crear envidia y resentimiento en el cónyuge. Esto puede generar insultos y la denigración de la imagen materna, de su función, sus habilidades y su autoridad. Al obstaculizar su función y el cuidado que pueda brindarle a su hijo(a), la violencia doméstica afecta profundamente la conducta de la madre y, por consecuencia, el vínculo madre-hijo(a).

Aun cuando los actos de violencia no toman lugar directamente frente a los(as) niños(as), estos perciben y sienten las emociones que ello provoca. A pesar de todas las medidas que se tomen para evitarlo, los(as) niños(as) y adolescentes que crecen en un clima de terror, inseguridad y palabras tácitas quedan marcados(as) de por vida. Para algunos(as), esto se refleja en un sentimiento de responsabilidad de la protección de su madre, de asumir el papel de segundo progenitor, o incluso de tener que escoger entre ambos progenitores. 

En La Maison des Femmes de Québec, nuestros profesionales en asistencia a menores están disponibles todo el tiempo para abordar los efectos de la violencia doméstica en el(la) niño(a). Ellas también pueden proporcionar herramientas a las madres para promover el buen desarrollo del niño(a) y la construcción de una relación madre-hijo(a) de calidad para el futuro.

LA VIOLENCIA DOMÉSTICA DESPUÉS DE LA SEPARACIÓN

La violencia doméstica no se acaba automáticamente después de la separación. Cuando la expareja sigue tratando de mantener el control sobre la mujer, se puede hablar de violencia post-separación. Estos son algunos ejemplos:

La expareja

  • sigue espiando y vigilando a su excónyuge
  • continúa acosando a su excónyuge por cualquier medio de comunicación
  • se presenta frecuentemente y de manera imprevista en su lugar de residencia o trabajo
  • la lleva a un procedimiento judicial de manera abusiva
  • amenaza con secuestrar a los(as) niños(as) o emprende acciones
  • no respeta las órdenes judiciales (periodos de custodia de los/as niños/as, acuerdos de comunicación, etc.)
  • amenaza a su excónyuge y/o sus entornos y emprende acciones
  • destruye los bienes de su excónyuge…

Es importante reconocer la violencia post-separación, pues esta puede resultar tan devastadora para la mujer y los(as) niños(as) como la violencia doméstica sufrida durante la relación. Ante estos abusos, aconsejamos a las mujeres hablar con una persona de confianza y no quedarse solas.